En el coloquio, se hizo patente realidades como la falta de infraestructuras hoteleras y se consideró perjudicial para el turismo que la Oficina Municipal apenas abra los fines de semana, entre otros asuntos. La posible reconstrucción de la Puerta de Marchena también fue reivindicada por los componentes de la asociación, dispuestos a encabezar ese proyecto.
La tertulia Los Luneros acogió a los representantes de ACUPAMAR, a la cabeza su presidente Isaac Reina, acompañado por Edelmira Reina, Beatriz Hurtado, Oliver Tovar y José María Díaz Luque.
Antes del inicio, el poema corto que leyó Juanma Fernández y el cante del Mayete, recibieron a los tertulianos, algunos de ellos que al ser asistentes nuevos recogerían el pin de la tertulia, con alusión al simbólico lince, y posteriormente un retrato grupal realizado por Kike Zamora.
Isaac Reina Hidalgo expuso la creación de la asociación el 20 de septiembre del presente año a raíz de la unión de tres asociaciones con los mismos ideales, la del mismo nombre, la de Amigos del Patrimonio fundada por el marchenero Antonio Díaz (residente en Palma de Mallorca), y Amigos de Marchena en Defensa del Patrimonio y tras varias reuniones celebrarán Asamblea Constituyente el próximo mes.
Revalorizar el patrimonio histórico, arqueológico y artístico de Marchena, también el etnográfico y denunciar como un Bien de Interés Cultural como el conjunto histórico de Marchena ha llegado a tal nivel de degradación, son algunos de los puntos de partida de ACUPAMAR.
Isaac Reina se refirió a ese patrimonio inmaterial “no palpable pero que existe”, de saberes, formas de expresión, costumbres y tradiciones de nuestra localidad u oficios tradicionales y señaló que la intención de la asociación es “colaborar con las administraciones públicas que se dediquen a conservar y mantener el patrimonio”, así como divulgar por múltiples medios y charlas en centros educativos el valor del patrimonio local, pues Marchena fue declarada Conjunto Histórico Artístico en 1966, Bien de Interés Cultural en 1985 y cuenta con un Plan de Protección del Conjunto Histórico desde 1995.
“La muralla y el patrimonio lo entendemos como fuente dinamizadora y queremos que Marchena se convierta en destino turístico por excelencia” en base a estos recursos históricos y culturales de los que dispone, por lo que también otro de los objetivos de la asociación se centra en conservar de forma preventiva al menos el recinto amurallado y el conjunto del patrimonio para un mejor aprovechamiento del mismo como recurso económico y cultural, para lo que promueven una “gestión del patrimonio de Marchena con criterios profesionales, aplicando criterios técnicos científicos”.
Centrándose en la Muralla, expuso varias fotografías de distintas zonas y su empeoramiento en los últimos diez años. Ejemplo de arte hispanomusulmán y cerco defensivo levantado ex novó pues forma parte fundamental en ese conjunto histórico artístico de Marchena.
Las fotografías del estado de abandono progresivo y las basuras acumuladas en la zona, que está haciendo que se pierdan las propiedades de la construcción, y como ya conocen, que se produzcan desprendimientos, hablaron por sí solas durante esta parte de la intervención, con la que se dio paso a José María Díaz Luque.
El ex profesor y director del IES Isidro de Arcenegui, expuso en cuanto a las murallas que se produjo derribo de torreones y paño de muralla y torres caídas para construir la carretera de los Poyetes a mediados del pasado siglo, que la separación del Parque con el Palacio se encuentra en una situación “lamentable” o que se derribó otro paño de muralla en la Plaza Vieja, rehabilitada en los 60 y 70 pero que durante gran parte del siglo XX sufrió un estado ruinoso también incluso en sus viviendas, siendo zona máxima exponente del estado de hambre y miseria que atravesó nuestro pueblo.
Este proceso agudo de deterioro y la evolución del patrimonio local durante el siglo XX fue expuesto a través de numerosas fotografías, indicando José María Díaz Luque que se trataba de una exposición resumida y “no exhaustiva”, si bien para todos los presentes resultó realmente enriquecedora.
En efecto, en una de las fotografías del Mandato se puede apreciar el ruinoso estado de la Plaza Ducal en 1911, la destrucción de la fachada del Palacio-Plaza Ducal, así como también mencionó la destrucción del convento de Capuchinos o la instalación de una plaza de Toros en la explanada de Santa María a principios del pasado siglo.
Respecto a las puertas, se mostraron imágenes de la rehabilitación del Arco de la Rosa (Puerta de Sevilla) y de la puerta de Morón, observándose la vida de Marchena en esta época y recordando los más viejos del lugar diversas tabernas, barberías e incluso casas junto a estos enclaves, además de fotografías de la antigua disposición de la Plaza del Ayuntamiento, entonces Plaza Nueva, con la cercana Torre del Reloj y donde se derribó un paño de muralla para la construcción de las escaleras que conectan calle Rojas Marcos y plaza.
También se mostró la puerta de Carmona, rehabilitada en parte y una sucesión de edificios civiles y religiosos que en su día quedaron muy deteriorados como la Cilla y el Pósito, se mostraron las cárceles existentes en Marchena o el derribo del antiguo edificio de San Jerónimo, que hoy en día tiene uso civil para dependencias municipales.
En este sentido, José María Díaz Luque valoró otros usos valiosos que se han dado a edificios como la Casa Fábrica, fundamentalmente Biblioteca Municipal (aunque en principio hubo un proyecto de convertirlo en asilo no llevado a cabo en 1975) o casa señorial de la Calle San Pedro (antiguo Hogar de Menores y ahora sede del Ciclo de Cocina y Gastronomía), y mostró varias imágenes de casas señoriales la mayoría de ellas bien conservadas, aunque otras no, especialmente en la zona de Doctor Diego Sánchez, donde se vieron entrañables imágenes del pasado de la vida marchenera alrededor de las fuentes.
Sí se mostró muy crítico el ponente con la situación de la Casa del Ave María, rehabilitada con fondos públicos pero que no se puede visitar porque ya pasó el período de diez años pactado entre la administración y propietarios, dejando constancia de imágenes del excelente cambio que se le ha dado a dicho edificio “para que ahora no pueda ser disfrutado por el público”.
En otro orden de cosas, se vieron imágenes significativas de cómo era el convento de Santa Clara, y entre el público se puso de manifiesto que durante el proceso de salida de las hermanas, se fue al traste gran cantidad de obras de arte, salvándose el recinto medianamente gracias a la intervención de los hermanos de la Humildad y Fernando Alcaide para que no cayera en manos privadas.
Asimismo, reivindicó con insistencia museos “posibles y necesarios” en Marchena como de Arquitectura, Etnográfico y de Artes Populares, una casa museo a Pepe Marchena y otro museo de la Ciudad, proyectos que algunos de sus compañeros agregaron que dependen de “la voluntad política”, pues “hay sedes posibles que costarían poco o nada al Ayuntamiento”, coincidiendo todos que serían estos museos “revulsivo” cultural para el pueblo y fuente de atracción turística.
Por último, fuera del núcleo urbano se mostraron imágenes del deterioro de enclaves como Santa Olalla o Vista alegre entre otros, citándose también el Lavadero, Porcún, Montemolín, Vico…
Al final de la exposición, se estableció un concurrido turno de preguntas en el que se dieron ideas de albergar en esos museos marcheneros maquinarias de antiguas fábricas como las de aguardientes o elementos tales como sillería de barberías o numerosos utensilios agrícolas, así como destacándose la “fuerza intergeneracional” de esta nueva asociación, ACUPAMAR, por parte del propio Díaz Luque. Actualmente Marchena cuenta con los museos Coullaut Valera, Zurbarán y el de Memoria Histórica, apuntó también el historiador.
Además, se comentó que ‘no todo está perdido’ y que aún Marchena puede presumir de contar con un buen patrimonio cultural, reivindicándose eso sí mayor concienciación para mantenerlo limpio por parte de los propios ciudadanos y también para reivindicarlo.
Oliver Tovar recordaría en este sentido la inacción del pueblo cuando “de la noche a la mañana” en 2009 se derribó el Puente de Mamedra por un incidente ferroviario: “Nadie se fue allí a protestar y encadenarse”, señaló, haciendo hincapié en que el pueblo de Marchena debe defender con más consistencia lo que es suyo.
Finalmente, se habló de la escasa oferta hotelera de Marchena, poniendo de manifiesto un asistente profesional del turismo, y el propio Díaz Luque, que municipios de 5.000 y 10.000 habitantes cuentan con un listado de establecimientos mucho mayor, citándose el caso entre otros de Alcalá la Real. El hospedaje de los participantes del Congreso de Costaleros en Carmona, también fue digno de mención, instándose a todos a fomentar urgentemente la iniciativa privada en esa difícil cadena de responsabilidades entre lo público y lo privado que difícilmente se sabe dónde empieza ni donde termina en nuestro pueblo y que ha dado al traste con algunos proyectos.
Respecto a la Oficina de Turismo, se expresó que cerrarla en fines de semana o por las tardes “es como si se cierra un cine un fin de semana”, reseñando la urgencia de reforzarla e incluso crear un cuerpo de voluntariado turístico para complementar el trabajo que se realiza en las mañanas.
Por último, se insistió con fuerza en que proyectos concretos son posibles, incidiendo José Manuel Durán que, como ha sucedido con el patrimonio de otros muchos pueblos históricos, “hay profesionales que estarían dispuestos a trabajar gratis en la reconstrucción de la puerta de Marchena”, ahora en el Alcázar de Sevilla, ya que trasladarla de nuevo a Marchena por diferentes motivos sería muy complicado, además de solicitar mayores facilidades para trabajar y actuar en determinados puntos del casco histórico de Marchena, incluido las murallas.
